10 noviembre, 2006
THE BUICK PROJECT
THE BUICK PROJECT y otras canciones de viaje
Sergio Rigazio
llantodemudo poesía
48 páginas.
El insomnio del Buick Project (vigilia de la consciencia de estar de paso en esta vida) dormirá por fin cuando cada par de ojos se cierre acunado de visiones en el ocaso redentor de las rutas o se apague hasta el día siguiente aquel flash interior, exhausto de filmar los fotogramas fugaces de la eternidad más allá de la línea de eucaliptos.
El insomnio del Buick Project (ojo siempre abierto en la sonrisa de la mente que palpita como una almohada bajo la cabeza de un suicida) descansará por fin redimido de piedad cuando su cuerpo flaco de poemario breve se recueste en la mesa de luz de un hotel de paso o en los asientos de cuerina verde y raída de los trenes; cuando se haga ovillo en el vientre de las mochilas con queso y sardinas y libretas borroneadas de poemas lisérgicos o se relaje en diez dedos amarillos de yerba de cabellos psicodélicos; cada vez que se duerma en las lonas tiradas en el césped de noches pasadas bajo las estrellas o se vacíe del peso de existir al costado de fugaces cópulas de ansiedades.
Y ese será su mejor funeral de cenizas esparcidas, la ofrenda floral de sus páginas hojeadas hasta el amanecer y marcadas con hojas secas en las terminales. Y ese será su mejor destino, seguir en el camino de mano en mano como las mandarinas tibias, los encendedores de plástico en cristal celeste o fucsia, el papel de fumar que se pasan entre sí viajeros desconocidos. Y ese será su único after world posible; seguir andando por el mundo sin el descanso sepulcral de un estante de biblioteca. Sólo así se cumplirá su destino de botella al mar, cuando un viajero con olor a durmientes se lo olvide en la mesa de un bar de la ruta; así como se olvida un vaso de limonada de espejos anochecida que se dejò hasta la mitad.
Texto de la contratapa (por Iván Wielikosielek)
Oración a Neal Cassady
protégenos San Neal de la muerte
y espanta la muerte del camino
con polvo de tus huesos de risa
apuntando hacia el oeste ilumina
las señales
las ventanitas temblorosas
lo que vemos languidecer
a un costado de las rutas
refuerza las sandalias del pecador
y de los hombres sin fe
refuerza los frenos de los malos conductores
y los elásticos de las camas en las pensiones baratas
protégenos de las falsas alarmas
del cielo
de los distraídos
y de la luz mala de los patrulleros
sálvanos del tiempo que se pierde
de los que perdieron los códigos de las carreteras
y de los filibusteros
y las cabinas de peaje
cobija nuestras almas bajo la inmensidad
de las nebulosas
pasando a través de la noche
con ojos sacramentales
rumbo a lugares tan extraños como
Capilla del Monte
Bragado
o Membrillares
cobija los corazones de nuestros amores perdidos
y de los dulces enamoramientos imposibles
y cántales las canciones de Chet Baker
para que no sufran
déjalos pasar
déjalos volver
y que no cuenten los kilómetros
ni vean fantasmas en el espejo retrovisor
protégenos San Neal de la muerte y espanta la muerte del camino
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