04 abril, 2008

Cotidianos Funerales en la Tierra

I v á n W i e l i k o s i e l e k

Cotidianos Funerales en la Tierra

poesía
(1996 - 2006)


Una escritura descarnada y sin concesiones que ha circulado en ediciones reducidas, páginas y revistas subterráneas, siempre a un costado del establishment y los suplementos culturales.

Esta selección, tal vez mínima o parcial de la voz más profunda de Iván Wielikosielek, es un muestrario preciso de la obra de un escritor brutalmente honesto consigo mismo y por ende con quienes se animen a mirar con ese “ojo ciego del vacío” los innumerables funerales de lo cotidiano.

Polaroids de cruda belleza, escenas de la marginalidad transmitidas al cinemascope de la mente, el bálsamo feroz del sexo en seres disolviéndose en instantes sin instante siguiente, el dolor de parir a los otros diciéndolos, testimoniando lo maravilloso y lo miserable que, como “hombres desvelados por los puentes” nos excomulga y nos redime.

O en otras palabras, he aquí a un “muchacho escribiendo a máquina a medianoche” como si en ello le fuera la vida. Nada más cierto.
Sergio Rigazio


A LA CHICA QUE ME VENDE EL PAN



Anoche en el bar
tenía tantas ganas de morir solo
tantas ganas de resucitar con una mujer atravesada
que al final me quedé bebiendo hasta que no me dieron las fuerzas
y pensé en vos
acostada boca abajo
sólo con tu bombacha blanca
durmiendo hasta las seis.



TURNO MAÑANA


La moza del bar
turno mañana
ha llegado a las ocho y cinco
vestida de civil
y ha bajado las escaleras
como si fuese a tomar el subte
A los cinco minutos
las ha vuelto a subir
vestida con su delantal negro
y a las ocho y diez
ha servido el primer café del día:
un cortado al revés para un hombre que está solo
y que a juzgar por la expresión de sus ojos
parece que no vivirá por mucho tiempo más.


MUCHACHO ESCRIBIENDO A MÁQUINA
A MEDIANOCHE



Las noches del sur tienen esa somnolencia de agua sucia
y un cauce podrido que nunca duerme entre dos orillas muertas
La luna del sur es hambre devenido piedra
y nunca pan en el desierto
Por eso ladran así los perros con hocicos de lobo
Por eso silban así los hombres que caminan solos
Hostia de miserias o pan endurecido en una cesta
el hambre del sur es profano como el hedor a soledad
de tantas bestias desveladas que caminan por los puentes

Muchacho escribiendo a máquina a medianoche;
quisiste decir tu sed de vida
y por eso pusiste hambre y por eso pusiste muerte
Quisiste decir que necesitabas un milagro de peces multiplicados
y por eso pusiste piedras y panes y cestas
Quisiste decir tu salvaje soledad
y por eso nombraste a los lobos
cuando de casualidad oíste ladrar a los perros de tu barrio
Quisiste escribir tu país indolente que te olvida
y por eso dijiste el sur y lo comparaste con un desierto
cuando una vez más cruzabas el puente y transpiraba tu camisa

Muchacho escribiendo a máquina a medianoche;
quedémonos nada más que con nuestra sed
y dejemos lo demás a los demás
los símbolos a los semiólogos
la poesía a los poetas
la decadencia a los decadentes
Muchacho escribiendo a máquina a medianoche
quedémonos nada más que con nuestra sed
y salgamos a dar vueltas por los puentes
hasta que nos redima el amanecer
o una vez más nos masacre el sueño.


3 comentarios:

Noe Sánchez dijo...

este muchacho escribiendo a máquina... especialmente, me resultó increíble, muy hondo, muy hondo. El lúnes si puedo o martes, paso por la galería del cinerama a buscar ese libro, que me ha dado mucha sed

Pedro Paso dijo...

...tantas ganas de resucitar con una mujer atravesada...muy bueno

ironico dijo...

Q LINDO YO LO KIERO COMPRAR