Spectrorum
Fabian Clementi
Colección Poesía - 22-
48 páginas.
La ceguera
Montañas y montañas que se acumulan
y forman el gran basural con papeles
que pocos se atreven e leer. Si nos animáramos
a recuperar el brillo de la infancia,
la brisa repercutiría
en nuestra piel
como un eco con el plumaje
del vientre de un ganso. La luz
se reflejaría al igual que un enorme
vitral en el centro de la frente
y giraría: chorreríos
en colores. Las sombras de los árboles
en los ríos ascenderían en brillantina plateada
adhiriéndose a las nubes: lluvia
que explota como el cristal. Las mañanas
fabricarían el florecido puente
con el pellejo de los campos
transportándonos hacia la miel
de la tarde. Y al aljibe de la noche,
del cual extraeríamos
con los baldes de esperanza
el agua vegetal que hemos de beber.
Tapiz
Ayer pude ver a mi madre
pintada sobre una tela blanca. Un lienzo
viejo que de tan viejo, el amarillo se filtraba
por las separaciones que se abrían con la humedad
dejando ver el negro. Ella sonreía
en medio del dolor. Su mirada
caía como caen las grandes esperanzas
en un vidrioso mirar hacia abajo. Su sonrisa
se cerraba al llegar a los pómulos
quebrados. Todo su pasado
chocaba como un tren al cielo
golpeando su pecho: la piedra roja
que no se pudo abrir
evitaba el paso
necesario
de esa maquinaria ahora pesada. La veo
acariciarme los cabellos con todo su amor,
sobreviviendo con tristeza.
Imagino su corazón: fruta
que lucha contra la podredumbre,
ubicada en ese seto entre paredes
de un barrio. Madre,
si yo sólo deseo resolver lo nuestro
alejándome ahora en un bote
por medio de estas aguas con brillos,
ojos que no paran de mirarme. Voy atravesando
la niebla en medio de los espectros, con la intención
de volver
a desplomarme en tus brazos.
*
Si bien recorro las calles con mi auto
bordeando la costa, en mi cabeza
titila el retorno de mis antepasados: fulgores
que vagan como abejas alrededor del jacarandá.
Desde las rosas
y los alelíes
se forma la imagen: aire
que se desintegra en el blanco
de los fantasmas. Susurros
entre el lila de las plantas
que desembocan en una larga humareda
mezclados a los sacrificios
en las parrillas: carne
que se evapora
y cruza
los espíritus.
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