24 junio, 2009

FUNICULAR FESTIVO


Funicular Festivo

Martin Toledo

Colección narrativa - 18 -

144 Páginas.

Una ciudad cumple 505 años. Alguien encuentra unas cintas grabadas un siglo atrás y ocasiona una pesadilla. Seres monstruosos asolan a los dueños de los aparatos voladores. Reaparecen en escena por las proyecciones de las viejas imágenes. La pantalla de crono - retardo televisa secuencias de un viejo campeonato de fútbol y los resultados pueden ser alterados desde el presente. Escocia puede obtener la copa mundial. Cierro el libro que me prestó el Pasta Flora. Mucha fantasía. 
Llevo a mi hijo en brazos. En esta calle la vi una vez. No sé qué porquería andaba repartiendo. Creo que tarjetas de los signos o unas publicidades. O las dos cosas. O vendía flores. No sé. Acá había una tintorería Ahora funciona un negocio de teléfonos celulares. En la ferretería del frente conseguíamos el pegamento. El pega pega. Pegamoide. Pega pega y quedás de goma. Los pulmones pegados. Había que pegar algo que nos pegara. Pegamento. Después, salíamos a meter el caño. Dame todo. Te vamos a quemar. El recuerdo de una sola noche te queda para siempre. Todavía tengo la cicatriz. Andá sacando las cosas o vas a terminar mal. El chico mío no tiene que robar. Hay que estar muy atento. No te podés distraer un segundo o te duermen. Noni Noni. Más tarde, vas a la camita y te querés matar. ¡Todo lo que hiciste! Ayudó el pega pega. Pero después no colabora. No te podés olvidar. De mármol te ponés. Mirás fijo y son todos iguales. Cuando pasan son humientos, cuando los parás te dan todo. El pega pega. Ahí pasa la grandota esa. ¡Qué buena qué está! Ya vi que tiene marido. A la mañana salió a despedirlo. Tiene esos cortes de ahora. Lacio pero con volumen abajo. Seguro que se lo hizo en la peluquería. Está comprando algo en el kiosco y se ve que le gustan las golosinas. Le puedo regalar un chocolate. Me la tengo que culear. ¿Quién te dice? A lo mejor muerde. Tengo el anzuelo. ¿Lo puedo cambiar al nene? ¿Usted me dejaría? ¿La puedo tutear? Grini, ¿vos? No, lo cambio yo. Tengo el pañal. ¿Una? ¿Está en el jardín? No, como sos tan joven. ¿En serio? No te creo. ¿Tu marido a qué hora vuelve? No, imagino porque tenés una hija. Si, ya sé. ¿Te puedo ver en otro momento? Para charlar un rato. No se tiene que enterar ¿Vos estás segura que él no toma cafés con otras? ¿En serio? ¿Y vos le creíste? Uh, ya la tengo. Ahora sale a la siesta a buscar a la nena. Ahí la acompaño una cuadra y gano. Son cien metros. Un lance por metro. 100 lances. La tengo que convencer. ¿Cómo no? ¿Cuántas ofertas le van a hacer a ésta? Ella debe saber que únicamente alguien con un gusto especial va a querer revolcarse con ella. Y yo me largo. En la pileta debe haber agua. Me sumerjo. ¿Qué me va a suceder? ¿Qué le pasa a este gil? ¿No sabe estacionar? ¡Qué manera de hacer maniobras! Ninguna sirve para nada. ¿Cualquiera sale a conducir? Este tipo no puede estacionar ni el coche. ¿Así quiere manejar semejante auto? ...



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