20 septiembre, 2009

ERAN DIAS FELICES O POR LO MENOS NOCHES SIN DOLOR NUMERO 1


Sis... Textos de Cartón y LLanto de Mudo ediciones se juntaron y crearon una revista de poesía. En el número uno salen Sebensuí Álvarez Sánchez, (España), Frank Báez, (República Dominicana), Aldo Novelli, (Argentina), Lucas Tejerina, (Argentina) y Hugo Mujica (Argentina) quien nos cedió poemas inéditos.


Sebensuí Álvarez Sánchez

Asumir el foco de poder

El centro de poder - saber caía esa tarde sobre él
Mientras yo me emborrachaba
Y la televisión le profetizaba – amenazaba
Nunca tendrás nada, más que tus propios libros

• Una tarde viendo la serie de Dune con Leopoldo Mª Panero


Frank Báez

LA PELOTA QUE LANCÉ CUANDO JUGABA EN EL PARQUE AÚN NO HA TOCADO EL SUELO


Siempre quise ser el primer dominicano en la NBA.
Para entonces poner un dominicano en la NBA
era tan difícil como poner un dominicano en la luna.

Practiqué tiros libres, corrí, hice marineros,
sentadillas y lagartijas.
Parodié ganchos, donqueos.
Jugué veinticinco quintetos al día.
Mandé hacer una franela
con el número veintitrés y lloré
cuando Magic Johnson anunció que tenía sida.

Un día toqué la malla de un salto.
Luego toqué el tablero.
Nunca llegué a tocar el aro.

Conseguí esas pesas
que se amarran en los tobillos
y que incrementan el salto.
Pero no funcionaron y me las cambiaron
por unos Converse Magic con aire comprimido
que me robaron mientras jugaba bajo
un transformador en San Carlos.

Compré unos Reebook Pump
y me expulsaron del equipo nacional
de minibasket.
Me faltaba estatura, alegaron.
Ni empinado era lo suficientemente alto.

Dormí trece, catorce, quince horas al día
para acelerar mi crecimiento.
Comencé a comprar jarabes,
vitaminas, minerales, suplementos.
Luego de once meses
creo me estaba encogiendo.

Hice barras.
Ejercicios de estiramiento.
Le pedí a Jesús, a la Virgen
y al hombre elástico
unas míseras pulgadas de más.

Ya tengo treinta años y todavía necesito
dos pulgadas para alcanzar los seis pies.
En vez de llegar a la NBA me mudé de barrio
y ahora juego dominó
en donde da lo mismo si eres enano.

También escribo poemas
y se los dedico a quien se me ocurra.
Por ejemplo este, que dedico a los que ya no se quitan
la camiseta al jugar básquetbol
porque les ha crecido pelo en la espalda.
Espero que lo gocen y que aplaudan.


Aldo Novelli

cabarute

le pregunté al tipo
parado en la garita
donde quedaba el viejo cabaret/
me indicó con lujo de detalles
el camino a seguir/
- genial - le dije
- me parece que me cuenteó – pensé en ese momento.

a las siete cuadras
le pregunté lo mismo
a unos pibes con facha de jodones/
hubo varias respuestas
después se sumaron otras voces
- no vayas allí viejo/ las minas son unos bagayos –
- si vas solo/ te revientan –
- cuidado con los patovicas de adentro/ son unos asesinos –.

es indudable
que nada esa noche
estaba como lo había imaginado.


Lucas Tejerina

EN EL BAILE DE LA MONA

Para la Y.

La maté en el baile.
La maté bailando.

Maté su amor, sus caricias,
ese dulce rencor que su ausencia
alimentó más que cuando ella
le daba de comer en la boca,
a través de la mía.

La maté con otra.
Besando a otra.
Cantando su canción
en el tímpano de otra.

Ella,
seguro,
hizo lo mismo,
en el baile de Trula
o de Chébere.


Hugo Mujica

En la noche sobre la playa

Hay lunas
que pintan de cal las noches,

noches en que el silencio
arde
mientras el viento
hace girar
cenizas en su rueda sin destino.

quedaría hacerse casa
ordenar los escombros
o cavar
en las cenizas
la imposible madriguera

morder los labios
para probar el filo
de los propios dientes

o elegir la mansedumbre
de cerrar los ojos
y esperar

como un caballo en la noche
tumbado
sobre la playa,

un caballo caído
con la pata quebrada.


Eran días felices o por lo menos noches sin dolor. Género: poesía. Páginas: 80. Primera Edición Argentina: 100 ejemplares. Fecha: Septiembre 2009.

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