COMO SEGANDO UN CARIÑO OSCURO
Carina Sedevich
Colección poesía - 39 -
64 páginas.
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Es la hora en que es preciso escribir.
Hay que salvar el día
de hundirse. Hoy
vale por tantas tardes que vi pasar
callando. Hoy
no es más triste que otras veces
esta hora.
No es mayor la soledad
sino más vieja
como si nadie nunca hubiera estado.
El hueso del silencio
conocido y raspado por mis manos.
El hueso de ser una
sola, durante todo el trecho.
El hueso de haber sabido siempre.
Sin embargo tuve la duda del amor…
Se me ofreció en alguna de sus formas
y vi salir el sol por el oeste
y palpitar la tierra
y edulcorarse el mar.
Hallé que el frío no cortaba
que ciertas flores supuraban
me senté bajo un sauce para oírlo
y me aburrí.
Me decía siempre que de mí
huían las felicidades.
Me llamaba siempre inmerecida.
Entonces tuve la deuda del amor.
Y no hay camellos que alcancen para eso
ni arena caminada
ni las piernas, ni las vulvas entregadas.
Nada de eso
paga la estafa del amor.
No hay agua sobre la cuál escribir
tantas partidas.
Me quitaron lo que nunca tuve
y siempre supe que no había tenido.
Me dieron y me rapiñaron
el hueso de mi soledad.
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