20 octubre, 2013

Las alas sucias del tenis

Las alas sucias del tenis

Fabian Clementi

Colección narrativa - 35 -
56 páginas

Este libro narra una caída, y por lo tanto es la ineludible descripción de un descenso a los infiernos. Pero no se trata aquí de los círculos subterráneos del Dante. Por el contrario, los trabajos y los días de “Las alas sucias del tenis” transcurren al aire libre, en una fabulosa primavera europea y entre modestos torneos en polvo de ladrillo. Y allí, en esa escenografía de road movie depresiva con fondo naranja que va de Munich a Ebersberg y de París a Tarbes, un joven tenista venido del interior de Córdoba intentará algo más que lograr puntos ATP para su ranking personal: su cruzada más importante será existencial y social. Pero en vez de una espada templaria, el destino le ha puesto en sus manos una raqueta. Y con ella buscará ganar el dinero que su familia no le pudo dar, el amor de una novia pueblerina que tambalea y ese escurridizo prestigio que sólo consiguen los que triunfan en el extranjero. Pero algo se está quebrando o quizás ya se ha quebrado para siempre en el alma y en el tenis de Francisco, el alter ego del autor. Y los campeonatos que alguna vez soñó jugar se convierten en una pesadilla; una dolorosa procesión por la cual desfilan ex “top cien” en decadencia, indolentes deportistas europeos y desesperados singlistas sudamericanos que, si no pueden ganar partidos, buscarán robarse las zapatillas de los raqueteros visitantes.
Escrita en un registro despojado y sencillo, la belleza de este libro radica en la sobriedad de su prosa y en la honestidad brutal de su confesión; en el intento autobiográfico de Fabián por describir uno de los tantos infiernos que no pertenecen a ninguna divina comedia pero que producen las mismas caídas del alma que “la selva oscura”.
La novela, además, tiene un plus: está dirigida a quienes en el deporte y en la vida no soportan otro resultado que el triunfo. Y muy especialmente a las “máquinas engrasadas para ganar”, esas poquísimas que, tras el punto de quiebre, terminan siendo poetas o novelistas.


Iván Wielikosielek
(texto de contratapa)

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