26 agosto, 2008
ENTRE CUENTOS FANTÁSTICOS Y POESÍAS
ENTRE CUENTOS FANTÁSTICOS Y POESÍAS
Borrador Inédito
Francisco José Picone Visintini
Colección Narrativa -13-
120 páginas.
SE DICE AÚN...
Se dice aún que en Osap Odaroloc, población situada más allá del río Ajnargal: ningún hombre puede matar un gato, cosa que creo sincera y esencialmente verdadera cuando veo ronronear a dicho magnífico felino delante del fuego que hay en el interior de cualquier hogar casero; puesto que este es el único animal misterioso que estrechamente se vincula con lo extraño que el ser humano no alcanza a vislumbrar con sus materiales ojos que mal utiliza y no deja desarrollar esos ojos interiores que aún duermen dentro de si...
Por que esos ojos los tenemos todos aquellos que hemos desarrollado ese don con los que podemos describir historias como estas: donde el gato no solo es el espíritu vivo de la antigua América, depositario a su vez de la historiografía de las olvidadas ciudades de Eorem y Rihpo; sino también es pariente de los señores de la selva y conocedor de todos los secretos del África y el Asia vetustos y siniestros imperios que subsisten.
Pero en esa vieja ciudad que mencioné al comienzo es donde aún vive un matrimonio que gusta cazar, matar y saborear de buenos gatos; fue no hace mucho, ni poco tampoco, que llegó por allí una familia de gitanos con un chiquillo de nombre Senem cuyo único compañero es un pequeño gatillo negro que desaparece y poco después aparecen sus restos... según notas que recogí luego de visitar a los gitanos antes de que se marcharan de aquella ciudad donde no vi ningún gato visible, aunque sí vi a Senem orando a sus dioses y junto a él oí el maullido de más de dos mil gatos invisibles. Esas oraciones y maullidos duraron toda la noche hasta que en la madrugada se convirtieron en gruñidos y silbidos de poderosos rugidos acompañados de zarpazos que hacían materializarse por momentos a los felinos con sus zarpas ensangrentadas que a la mañana, ya avanzada la luz solar, mostraron al pequeño Senem dormido en su posición asceta y rodeado de una cantidad de dos mil gatos con sus patas y cuerpos ensangrentados.
Cuando regresé de mi visita me enteré que aquel matrimonio de asesinos y degustadores de gatos, fue hallado todo arañado y masticado por los gatos. Estos dejaron marcas de sus dientes y en el ceno de sus cuerpos había un gran ese inicial que era la del nombre de Senem, ese misterioso niño cuyos ojos son estos que hoy están redactando esta pequeña y breve narración.
Yo, Senem.
Redactado originalmente el 14 de diciembre 1994,
en la torre de Don Gabriel Céspedes,
Jesús María.
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