11 junio, 2012

EL HOMBRE SUBSUMIDO

EL HOMBRE SUBSUMIDO

Leandro Bonavena


Colección narrativa - 28 -
112 páginas
















En su cuerpo torturado, en la misma circulación de la sangre, escuchaba el silencio de una soledad que le producía un rechazo amargo. El desierto lo invadía, y él quería vomitar la soledad que se le tiraba encima como un veneno que anestesiaba sus sentidos. Escorpiones, serpientes venenosas, no, no lo habían picado. Era la ponzoña de la tierra que pisaba, pero no estaba allí; de los hombres y mujeres que podrían acompañarlo, pero no estaban allí; de los animales que jamás había visto y de los que nunca había escuchado, pero que recordaba sin ninguna especificación. Recordaba, sin imágenes, sin un referente palpable y directo, sin ideas, tampoco como un presentimiento ni por medio de intuiciones, sólo porque era hombre y sentía, como se siente la sed, que algo le faltaba, que había cosas que no estaban. Y era esa carencia, esa pérdida, la que lo borraba como hombre, y sin embargo como hombre todavía existía porque sentía, muy dentro suyo, esa pérdida, el dolor de un recuerdo sin memoria. 
(texto de contratapa)

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