Iván Wielikosielek
Colección migrante - 02 -
172 páginas
(segunda edición, publicado anteriormente en la colección narrativa)
En un pueblo de la llanura de fines
de los setenta (Ballesteros, para ser más precisos) un niño a punto de repetir
grado vive con su madre y su abuelo. La vieja casa no es más que la ruina de un
pasado que ya no volverá, como el padre que se ha ido. Y casi como una letanía
o invocación inevitable, la madre dice al caer la tarde: “ya está, ya me vino la hora de la angustia”. Y tirando el cuchillo
contra la tabla de picar verduras, deja de cocinar para volverse a un estado de
absoluta depresión; como si su alma hubiera sido mordida por el vampiro de la
melancolía. Por el televisor en blanco y negro, Argentina juega los partidos
del Mundial y en el trasnoche dan películas de terror: Christopher Lee, Vincent
Price, Sharon Tate y Mario Alberto Kempes son las estrellas de la pantalla. Así,
tanto el fútbol como el cine, se volverán los acontecimientos esenciales en la
vida del niño, aportando la materia prima de su un incipiente imaginario.
Pero la trilogía madre depresiva-pueblo
chico-niño desolado, no será más que un punto de partida. Y es que muchos de
estos relatos se sitúan 25 años después, con el niño convertido en hombre
tratando de volverse escritor en una ciudad hostil (Córdoba, para más datos). Y
para hacerle frente a la adversidad, volverá a recurrir al imaginario de la
infancia.
Por eso es que, aunque escrito en clave realista, este libro pertenece
al país de la imaginación. Porque la fantasía no es concebida aquí como una
mera búsqueda estética sino como un elemento de primera necesidad; como un tubo
de oxígeno para el asma o un conjuro contra la crueldad del mundo.
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